Sus padres la tenían recluída y la mantenían fuera de la vista en la casa. Su abuela decidió inscribirla en clases de piano y después de la renuncia de varios maestros, consiguió por fin quien le enseñara a tocar el piano con una mano. Al paso del tiempo, se dieron cuenta que ella podría utilizar la parte del brazo derecho para tocar la melodía y así fué. A veces, su brazo sangra por el esfuerzo pero ella sigue adelante alabando a Dios.
Dios la creó perfecta para esta obra. Su brazo tiene el largo exacto para poder tocar las teclas del piano. Si fuera un poco más corto o un poco más largo esto no fuera posible.
Tocó mi corazón el ver su dedicación y devoción a la alabanza de nuestro Dios. A rechazado ofertas de fama y fortuna por seguir a Cristo.
Toma un momento y escúchala. Toca hermosamente. Espero que te guste. Compárte el link.
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